En la actualidad se habla mucho de los distintos problemas que los niños pueden presentar durante las primeras etapas en el proceso adquisitivo del lenguaje, pero lo que muchos ignoran es que la mayoría de estos casos son temporales si son tratados a tiempo o si sólo se trata de una fase normal en la evolución de este proceso, ya que sólo en ocasiones poco comunes se debe a factores físicos o cognitivos. Sin embargo, de no ser tratados estos problemas pueden acarrear dificultades para que el niño logre comunicarse efectivamente con los individuos que conforman su entorno.
Cabe recalcar que la adquisición de lenguaje es uno, o tal vez el más
importante de los procesos que se llevan
a cabo durante los primeros años de nuestras vidas, el cual en algunos casos
puede presentar anomalías y problemas como son: la dislalia, dislexia y la disfemia también conocida como tartamudez. Estas anomalías del lenguaje que pueden atribuirse a distintas causas
pueden llegar a dificultar la inteligibilidad a la hora de comunicarse.
Es por eso que la relativamente
nueva rama de la psicolingüística, que
podría definirse como el campo común entre la lingüística y la piscología que estudia
la adquisición y aplicación del lenguaje, se ha enfocado en analizar distintos trastornos que presentan los niños al adquirir su lengua
materna y las razones por las cuales se manifiestan.
En las siguientes líneas se describirán los problemas y anomalías más frecuentes
que se presentan durante la adquisición del lenguaje, al igual que las causas
más comunes que pueden llegar a ocasionar este tipo de problemas, al igual que algunos de los errores que los mismos educadores y padres cometen que pueden llegar a agravar el trastorno que el niño padece.
Generalmente se piensa que la mayoría de
los problemas referentes a la adquisición del lenguaje suceden exclusivamente
debido a daños neurológicos o retrasos intelectuales que el individuo afectado
presenta en las primeras etapas de su vida; cuando lo cierto es que muy frecuentemente
estos fenómenos pueden ser causados por el entorno social en el que niño se va desarrollando, al igual que por factores sociales externos
como: la sobreprotección, mimos excesivos, descuido, maltrato o abuso que en
ocasiones los padres son incapaces de
percibir, provocando así que estos tomen la postura que el niño habla de
forma incorrecta por flojera o por indisposición momentánea, o todo lo contrario; que
piensen que el niño tiene un problema exageradamente serio y lo comiencen a tratar de forma “especial" lo que hace que el problema empeore.
Un ejemplo de los trastornos más
frecuentes entre los niños durante la adquisición del lenguaje oral, que se
presenta en su mayoría por factores
sociales, es la dislalia. De acuerdo con Stengel la dislalia se define como:
“La incapacidad para pronunciar o unir correctamente las sílabas para emplearlas debidamente en el lenguaje”
Es común que mientras el niño va siendo capaz de utilizar el lenguaje oral,
se presenten obstáculos en la pronunciación correcta de ciertos fonemas con un
grado más alto de complejidad tales como: /r/, /s/, /x/ y /k/, provocando que
el niño construya palabras con un significado diferente o inexistente lo que
puede causarle ciertos problemas para logras establecer un vínculo comunicativo
con el entorno que le rodea. Un ejemplo de este tipo de dislalia, es cuando el niño produce la palabra caro en lugar de carro o dado en lugar de raro.
Casi siempre este tipo de dislalia, conocida como dislalia vocal,(Stengel, 1985), no pasa a mayores y se soluciona con la exposición del niño al uso de
dichos fonemas mediante la corrección conversacional o inclusive mediante el
uso de juegos de palabras como el conocido “R con R cigarro, R con R barril,
rápido corren los carros por el ferrocarril”. Pero en otros casos el problema
puede ser más grave que la común torpeza
presentada en el aparato fonador de hablantes inexpertos, lo que
hace necesario un análisis más profundo del problema que a veces puede
ser causado por anomalías fisiológicas o
por la incapacidad del niño para reconocer y utilizar ciertos fonemas cuando es
necesario.
Otro trastorno lingüístico, que también entra dentro de la clasificación de
dislalia, es la pronunciación errónea
del fonema /s/ y sus derivados; éste problema es mucho más común de lo
que parece y es muy probable que en
alguna ocasión hayamos escuchado a alguna persona sisisapa con una pronunciación diferente del fonema /s/ al
cual estamos acostumbrados.
Este problema conocido como sigmatismo, se debe en su mayoría al
posicionamiento erróneo de los articuladores al momento de la producción del
sonido y en cierta medida es común que predomine en lenguas romances en las cuales la preponderancia de
dicho fonema es más común que en otras.
Al igual que otros casos de dislalia, este trastorno es superado o
disminuido mediante el niño va desarrollando sus capacidades lingüísticas y
aunque al igual que la dislalia vocal, se
trata de un problema frecuente durante la adquisición y aplicación inicial del
lenguaje y el desarrollo de éste, no suele convertirse en un problema grave
para lograr inteligibilidad al comunicarse. Lamentablemente en nuestra sociedad
contemporánea suele ser marginado y ridiculizado por su naturaleza lingüística no conocida o
extraña para el receptor lo que puede producir en el niño otros tipos de trastornos
psicológicos, lo cual influiría de
manera directa en el agravamiento de los psicolingüísticos.
Lo cierto es, que aunque este trastorno es muy frecuente, el adulto que no
logró sobreponerse a él durante su proceso evolutivo del lenguaje, suele
sentirse apenado por su condición o tomarlo como un asunto irrelevante por
la costumbre de pronunciar de forma
diferente la [s] y sus derivados; motivo por lo cual no lo toma en cuenta y no
lograr erradicar dicha irregularidad.
Por el contrario existen otras alteraciones en las cuales el problema no es
precisamente le emisión del mensaje usando el lenguaje, sino la decodificación
de éste; lo que provoca que el niño
tenga problemas para comprender de manera total o parcial lo que se le está
intentando comunicar, y por ende a la
emisión de una retroalimentación errónea o incoherente y en casos más delicados
inclusive causar mudez en el niño, lo que a su vez desencadena una serie de
eventos que pueden llevar al niño al aislamiento, desintegración y marginación
social por el hecho de no poder comprender el mensaje ni comunicarse
correctamente.
A este fenómeno se le conoce con el nombre de disfasia y puede ser definido
como “Predominio evidente en el área de la comprensión verbal y más
específicamente en los procesos de decodificación central con trastornos en la
organización del campo semántico” y aunque al igual que los
trastornos psicolingüísticos anteriormente mencionados la disfasia también
puede ser causada por aspectos sociales como: falta de convivencia con otros
individuos en etapas tempranas o agresiones emocionales por parte de los
padres.
Aún no se ha encontrado una causa
principal de este fenómeno, pero a
diferencia de otras anomalías de esta índole, suele estar más influenciado por
factores neurológicos como por ejemplo falta de oxigenación adecuada al momento
de nacer o malformaciones cerebrales durante el parto, al igual que por circunstancias cognitivas y
motrices.
Muchas veces todo esto lleva a que los trastornos en la adquisición del
lenguaje creen malentendidos en la sociedad y se piense que un niño que padece
disfemia o cualquier otra irregularidad de este tipo, sea despectivamente
llamados retrasados o autistas, cuando en realidad no necesariamente padezca de
algún desorden neurológico o cognitivo de nacimiento, demostrándonos de nueva
cuenta que la sociedad funda sus conjeturas más erróneas en base a la ignorancia y a la soberbia.
Sin duda alguna de los trastornos lingüísticos más comunes y por lo
tanto más conocidos hoy en día es la tartamudez. Esta anomalía aunque en grado
de complejidad e importancia no puede ser comparado con la dislalia u otros
trastornos más complejos, es un tema interesante ya que seguramente alguna
vez nos ha pasado que por el nerviosismo de estar siendo observado por muchas
personas o simplemente por querer transmitir tantas ideas a la misma vez, hemos
tartamudeado; pero ¿Qué pasa con las personas que siempre lo hacen aún cuando
no están bajo presión? Pues bien, este trastorno, cuando va más allá de un
simple enredo morfológico o de una etapa completamente normal durante el
desarrollo lingüístico, suele ser ocasionado por factores psíquicos,
neurológicos e inclusive genéticos aunque una vez más los aspectos sociales en
el que el niño se va desarrollando influyen de sobremanera en este trastorno.
Algunos padres por el miedo a que su hijo sea tartamudo de por vida, no
logran percibir que en muchas ocasiones se trata de una simple etapa más en el
desarrollo de su hijo y lo que causa que
comiencen a abrumar al niño con comentarios que le hacen pensar que sus padres no
pueden entenderle y que por consecuente tiene un problema serio, provocando así
que el niño se sienta menos y por ende tenga una autoestima baja. Cuando en
realidad, diversas investigaciones actuales, han encontrado que las personas
que tienen un problema de disfemia o tartamudez suelen tener un coeficiente intelectual
más alto que el promedio (Urdangarin diariovasco.com)
y aunque muchas personas que lo padecen suelen decir que es sólo una
peculiaridad del habla que tienen desde su nacimiento, actualmente se estudia
las causas y las posibles soluciones para este fenómeno.
Aunado a los trastornos en la adquisición del lenguaje oral, el niño puede
presentar como consecuencia lógica dificultades al momento del aprendizaje
y aplicación del lenguaje escrito,
obstaculizando el desarrollo básico del aprendizaje de la lecto-escritura en
las primeras etapas de su vida.
El término más
conocido y utilizado por muchas personas es el de dislexia o lo que es lo
mismo, ceguera verbal congénita, las cuales hace alusión a las dificultades de
aprendizaje en la lectura y/o escritura, aún cuando el niño no padezca en
algunas ocasiones de ningún tipo de daño
fisiológico o neurológico alguno; y una vez más las causas de esta alteración
suelen atribuirse a desórdenes del
entorno social en el que el niño se ha
desarrollado y en un grado más frecuente que los trastornos anteriormente
mencionados, a la herencia genética.
Cabe mencionar que según estadísticas, la dislexia es una trastorno mucho
más común en niños que en niñas, ya que se atribuye que el desarrollo
lingüístico es más propenso a darse en mujeres que en hombres (Oltra psicopedagogía.com); es por eso que la
ignorancia de la sociedad al detectar la dislexia en el niño le suele catalogar
de distraído, malcriado o vago; omitiendo en algunos casos la posibilidad de
que exista un verdadero problema relacionado con la adquisición del lenguaje.
Todo esto puede causar que el niño disléxico tenga problemas para seguir
con un desarrollo social y académico sano en caso de que ingrese a la escuela,
ya que en algunos centros educativos las habilidades de lectura son
fundamentales para ingresar al primer año de primaria al igual que la escritura
de las grafías básicas que pueden ser
ignoradas o mal escritas debido a este trastorno.
Debemos recordar que hay parámetros para la “dislexia natural” por la que
todos, o al menos la mayoría pasamos al momento de aprender a leer y a
escribir, ya que todos somos tenemos un ritmo de aprendizaje distinto. El
problema real se presenta después de la edad estándar para la cual se espera
que el niño pueda leer de forma básica, que suele ser alrededor de los 5 ó 6
años de edad y aún así si ése límite es sobrepasado por un periodo corto de
algunos meses o inclusive un año, no debería
ser factor de alarma pero sí de alerta para padres y maestros.
Lamentablemente al momento del análisis neuropsiquiátrico por el que el niño potencialmente disléxico
tiene que pasar no siempre mide los factores determinantes para catalogar al
niño con un problema de dislexia, ya que
en muchos casos factores físicos como pueden ser las habilidades
auditivas y visuales son excluidas.
Como pudimos observar todos los trastornos, problemas y anomalías
relacionados con la adquisición del lenguaje pueden dificultar de sobremanera
el desarrollo social e intelectual de
los individuos que los padece y aunque en un área científica en desarrollo como
lo es la psicolingüística, aún quedan muchos puntos que tratar como las causas
y soluciones para problemas relacionados con el habla, se pudo encontrar que en promedio la mayoría de las veces, los
problemas en la adquisición del lenguaje se deben a traumatismos psicológicos
que afectan al niño en etapas tempranas.
De igual manera, se encontró que uno de los factores más importante que
debe considerarse al momento de hablar de problemas psicolingüísticos, es el
desarrollo social en el cual se lleva a cabo el desarrollo del niño, ya que
éste es un puntos crucial que puede
empeorar o inclusive ser la causa de
todos los trastornos anteriormente descritos.
Debido a que en muchas ocasiones se
piensa que los problemas de esta índole sólo pueden suceder por causas
genéticas, neurológicas, cognitivas o físicas que el afectado pueda llegar a
presentar, es aconsejable, que tanto profesores como padres a cargo del
desarrollo lingüístico del niño consideren causas sociales que pueden estar
afectando al niño durante estas primeras etapas de su vida, ya que éstas pueden
ser la clave para evitar o contrarrestar el problema potencial del cual el niño
es víctima.
Se espera que en un futuro no muy lejano se puedan encontrar causas y
soluciones concretas para todo este tipo de problemas, que sin lugar un duda es
un tema central cuando de comunicación, psicología y lingüística se trata y que
obviamente puede llegar a mermar psicológicamente a las personas afectadas, ya
sea provocando una baja en el autoestima, o causando el asilamiento social a
falta de herramientas adecuadas para estableces un vínculo comunicativo con el entorno.
Bibliografía
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