a {text-decoration: none; } En la punta de la lengua: Problemas en la adquisición del lenguaje

10 oct 2012

Problemas en la adquisición del lenguaje

Méndez, L. A. (2010). Problemas en la adquisición del lenguaje. Manuscrito inédito, Departamento de Lenguas, Universidad de las Américas Puebla, Cholula, Mexico. Obtenido de http://www.enlapuntadelalengua.com.mx/2012/10/problemas-en-la-adquisicion-del-lenguaje.html


En la actualidad se habla mucho de los distintos  problemas que los niños pueden presentar durante las primeras etapas en el proceso adquisitivo del lenguaje, pero lo que muchos ignoran es que la mayoría de estos casos son temporales si son tratados a tiempo o si sólo se trata de una fase normal en la evolución de este proceso, ya que sólo  en ocasiones poco comunes se debe a factores físicos o cognitivos. Sin embargo, de no ser tratados estos problemas pueden acarrear dificultades para que el niño logre comunicarse efectivamente con los individuos que conforman su entorno.

Cabe recalcar que la adquisición de lenguaje es uno, o tal vez el más importante de los procesos  que se llevan a cabo durante los primeros años de nuestras vidas, el cual en algunos casos puede presentar anomalías y problemas como son: la dislalia, dislexia y la disfemia también conocida como tartamudez. Estas anomalías del lenguaje que pueden atribuirse a distintas causas pueden llegar a dificultar la inteligibilidad a la hora de comunicarse.
Es por eso que la  relativamente nueva rama de la psicolingüística, que podría definirse como el campo común entre la lingüística y la piscología que estudia la adquisición y aplicación del lenguaje, se ha enfocado en analizar distintos trastornos que presentan los niños al adquirir su lengua materna y las razones por las cuales se manifiestan.
En las siguientes líneas se describirán los problemas y anomalías más frecuentes que se presentan durante la adquisición del lenguaje, al igual que las causas más comunes que pueden llegar a ocasionar este tipo de problemas, al igual que algunos de los errores que los mismos educadores y padres cometen que pueden llegar a agravar el trastorno que el niño padece.
Generalmente se piensa que la mayoría de  los problemas referentes a la adquisición del lenguaje suceden exclusivamente debido a daños neurológicos o retrasos intelectuales que el individuo afectado presenta en las primeras etapas de su vida; cuando lo cierto es que muy frecuentemente estos fenómenos pueden ser causados por el entorno social en el que niño se va  desarrollando, al igual que por factores sociales externos como: la sobreprotección, mimos excesivos, descuido, maltrato o abuso que en ocasiones los  padres son incapaces de percibir, provocando así que estos tomen la postura que el niño habla de forma incorrecta por flojera o por indisposición momentánea, o todo lo contrario; que piensen que el niño tiene un problema exageradamente serio  y lo comiencen a tratar de forma “especial" lo que hace que el problema empeore.
Un ejemplo de los trastornos  más frecuentes entre los niños durante la adquisición del lenguaje oral, que se presenta en su mayoría  por factores sociales, es la dislalia. De acuerdo con Stengel la dislalia se define como: “La incapacidad para pronunciar o unir correctamente las sílabas  para emplearlas debidamente en el lenguaje” 
Es común que mientras el niño va siendo capaz de utilizar el lenguaje oral, se presenten obstáculos en la pronunciación correcta de ciertos fonemas con un grado más alto de complejidad tales como: /r/, /s/, /x/ y /k/, provocando que el niño construya palabras con un significado diferente o inexistente lo que puede causarle ciertos problemas para logras establecer un vínculo comunicativo con el entorno que le rodea. Un ejemplo de este tipo de dislalia, es  cuando el niño produce la palabra caro en lugar de carro o dado en  lugar de raro.
Casi siempre este tipo de dislalia, conocida como dislalia vocal,(Stengel, 1985), no pasa a mayores y se soluciona con la exposición del niño al uso de dichos fonemas mediante la corrección conversacional o inclusive mediante el uso de juegos de palabras como el conocido “R con R cigarro, R con R barril, rápido corren los carros por el ferrocarril”. Pero en otros casos el problema puede ser más grave que la común torpeza  presentada en el aparato fonador de hablantes inexpertos, lo que hace necesario un análisis más profundo del problema que a veces puede ser  causado por anomalías fisiológicas o por la incapacidad del niño para reconocer y utilizar ciertos fonemas cuando es necesario.
Otro trastorno lingüístico, que también entra dentro de la clasificación de dislalia, es la pronunciación errónea  del fonema /s/ y sus derivados; éste problema es mucho más común de lo que parece y es muy probable que  en alguna ocasión hayamos escuchado a alguna persona sisisapa con una  pronunciación diferente del fonema /s/ al cual estamos acostumbrados.
Este problema conocido como sigmatismo, se debe en su mayoría al posicionamiento erróneo de los articuladores al momento de la producción del sonido y en cierta medida es común que predomine en lenguas  romances en las cuales la preponderancia de dicho fonema es más común que en otras.
Al igual que otros casos de dislalia, este trastorno es superado o disminuido mediante el niño va desarrollando sus capacidades lingüísticas y aunque al igual  que la dislalia vocal, se trata de un problema frecuente durante la adquisición y aplicación inicial del lenguaje y el desarrollo de éste, no suele convertirse en un problema grave para lograr inteligibilidad al comunicarse. Lamentablemente en nuestra sociedad contemporánea suele ser marginado y ridiculizado  por su naturaleza lingüística no conocida o extraña para el receptor lo que puede producir en el niño otros tipos de trastornos psicológicos,  lo cual influiría de manera directa en el agravamiento de los psicolingüísticos.
Lo cierto es, que aunque este trastorno es muy frecuente, el adulto que no logró sobreponerse a él durante su proceso evolutivo del lenguaje, suele sentirse apenado por su condición o tomarlo como un asunto irrelevante por la  costumbre de pronunciar de forma diferente la [s] y sus derivados; motivo por lo cual no lo toma en cuenta y no lograr erradicar dicha irregularidad.
Por el contrario existen otras alteraciones en las cuales el problema no es precisamente le emisión del mensaje usando el lenguaje, sino la decodificación de éste; lo que provoca que  el niño tenga problemas para comprender de manera total o parcial lo que se le está intentando comunicar, y por ende  a la emisión de una retroalimentación errónea o incoherente y en casos más delicados inclusive causar mudez en el niño, lo que a su vez desencadena una serie de eventos que pueden llevar al niño al aislamiento, desintegración y marginación social por el hecho de no poder comprender el mensaje ni comunicarse correctamente.
A este fenómeno se le conoce con el nombre de disfasia y puede ser definido como “Predominio evidente en el área de la comprensión verbal y más específicamente en los procesos de decodificación central con trastornos en la organización del campo semántico” y aunque al igual que los trastornos psicolingüísticos anteriormente mencionados la disfasia también puede ser causada por aspectos sociales como: falta de convivencia con otros individuos en etapas tempranas o agresiones emocionales por parte de los padres.
Aún no se ha encontrado una  causa principal de este fenómeno, pero  a diferencia de otras anomalías de esta índole, suele estar más influenciado por factores neurológicos como por ejemplo falta de oxigenación adecuada al momento de nacer o malformaciones cerebrales durante el parto,  al igual que por circunstancias cognitivas y motrices.
Muchas veces todo esto lleva a que los trastornos en la adquisición del lenguaje creen malentendidos en la sociedad y se piense que un niño que padece disfemia o cualquier otra irregularidad de este tipo, sea despectivamente llamados retrasados o autistas, cuando en realidad no necesariamente padezca de algún desorden neurológico o cognitivo de nacimiento, demostrándonos de nueva cuenta que la sociedad funda sus conjeturas más erróneas en base a la ignorancia y a la soberbia.
Sin duda alguna de los trastornos lingüísticos más comunes y por lo tanto más conocidos hoy en día es la tartamudez. Esta anomalía aunque en grado de complejidad e importancia no puede ser comparado con la dislalia u otros trastornos más complejos, es un tema interesante ya que seguramente alguna vez nos ha pasado que por el nerviosismo de estar siendo observado por muchas personas o simplemente por querer transmitir tantas ideas a la misma vez, hemos tartamudeado; pero ¿Qué pasa con las personas que siempre lo hacen aún cuando no están bajo presión? Pues bien, este trastorno, cuando va más allá de un simple enredo morfológico o de una etapa completamente normal durante el desarrollo lingüístico, suele ser ocasionado por factores psíquicos, neurológicos e inclusive genéticos aunque una vez más los aspectos sociales en el que el niño se va desarrollando influyen de sobremanera en este trastorno.
Algunos padres por el miedo a que su hijo sea tartamudo de por vida, no logran percibir que en muchas ocasiones se trata de una simple etapa más en el desarrollo de su hijo y  lo que causa que comiencen a abrumar al niño con comentarios que le hacen pensar que sus padres no pueden entenderle y que por consecuente tiene un problema serio, provocando así que el niño se sienta menos y por ende tenga una autoestima baja. Cuando en realidad, diversas investigaciones actuales, han encontrado que las personas que tienen un problema de disfemia o tartamudez suelen tener un coeficiente intelectual más alto que el promedio (Urdangarin diariovasco.com) y aunque muchas personas que lo padecen suelen decir que es sólo una peculiaridad del habla que tienen desde su nacimiento, actualmente se estudia las causas y las posibles soluciones para este fenómeno.
Aunado a los trastornos en la adquisición del lenguaje oral, el niño puede presentar como consecuencia lógica dificultades al momento del aprendizaje y  aplicación del lenguaje escrito, obstaculizando el desarrollo básico del aprendizaje de la lecto-escritura en las primeras etapas de su vida.
El término más conocido y utilizado por muchas personas es el de dislexia o lo que es lo mismo, ceguera verbal congénita, las cuales hace alusión a las dificultades de aprendizaje en la lectura y/o escritura, aún cuando el niño no padezca en algunas ocasiones de  ningún tipo de daño fisiológico o neurológico alguno; y una vez más las causas de esta alteración suelen atribuirse  a desórdenes del entorno social en el que el niño se  ha desarrollado y en un grado más frecuente que los trastornos anteriormente mencionados, a la herencia genética.
Cabe mencionar que según estadísticas, la dislexia es una trastorno mucho más común en niños que en niñas, ya que se atribuye que el desarrollo lingüístico es más propenso a darse en mujeres que en hombres (Oltra psicopedagogía.com); es por eso que la ignorancia de la sociedad al detectar la dislexia en el niño le suele catalogar de distraído, malcriado o vago; omitiendo en algunos casos la posibilidad de que exista un verdadero problema relacionado con la adquisición del lenguaje.
Todo esto puede causar que el niño disléxico tenga problemas para seguir con un desarrollo social y académico sano en caso de que ingrese a la escuela, ya que en algunos centros educativos las habilidades de lectura son fundamentales para ingresar al primer año de primaria al igual que la escritura de las grafías básicas que  pueden ser ignoradas o mal escritas debido a este trastorno.
Debemos recordar que hay parámetros para la “dislexia natural” por la que todos, o al menos la mayoría pasamos al momento de aprender a leer y a escribir, ya que todos somos tenemos un ritmo de aprendizaje distinto. El problema real se presenta después de la edad estándar para la cual se espera que el niño pueda leer de forma básica, que suele ser alrededor de los 5 ó 6 años de edad y aún así si ése límite es sobrepasado por un periodo corto de algunos meses o inclusive un año, no debería  ser factor de alarma pero sí de alerta para padres y maestros.
Lamentablemente al momento del análisis neuropsiquiátrico  por el que el niño potencialmente disléxico tiene que pasar no siempre mide los factores determinantes para catalogar al niño con un problema de dislexia, ya que  en muchos casos factores físicos como pueden ser las habilidades auditivas y visuales son excluidas.
Como pudimos observar todos los trastornos, problemas y anomalías relacionados con la adquisición del lenguaje pueden dificultar de sobremanera el desarrollo social e  intelectual de los individuos que los padece y aunque en un área científica en desarrollo como lo es la psicolingüística, aún quedan muchos puntos que tratar como las causas y soluciones para problemas relacionados con el habla, se pudo encontrar  que en promedio la mayoría de las veces, los problemas en la adquisición del lenguaje se deben a traumatismos psicológicos que afectan al niño en etapas tempranas.
De igual manera, se encontró que uno de los factores más importante que debe considerarse al momento de hablar de problemas psicolingüísticos, es el desarrollo social en el cual se lleva a cabo el desarrollo del niño, ya que éste es un puntos crucial que puede  empeorar o inclusive ser la causa de  todos los trastornos anteriormente descritos.
 Debido a que en muchas ocasiones se piensa que los problemas de esta índole sólo pueden suceder por causas genéticas, neurológicas, cognitivas o físicas que el afectado pueda llegar a presentar, es aconsejable, que tanto profesores como padres a cargo del desarrollo lingüístico del niño consideren causas sociales que pueden estar afectando al niño durante estas primeras etapas de su vida, ya que éstas pueden ser la clave para evitar o contrarrestar el problema potencial del cual el niño es víctima.
Se espera que en un futuro no muy lejano se puedan encontrar causas y soluciones concretas para todo este tipo de problemas, que sin lugar un duda es un tema central cuando de comunicación, psicología y lingüística se trata y que obviamente puede llegar a mermar psicológicamente a las personas afectadas, ya sea provocando una baja en el autoestima, o causando el asilamiento social a falta de herramientas adecuadas para estableces un vínculo  comunicativo con el entorno.


Bibliografía

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Gómez, J. Trastornos de la adquisición del lenguaje: Valoración y Tratamiento. España:                     Editorial Escuela Española, 1987.

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Oléron, Pierre. El niño y la adquisición del lenguaje. Madrid: Morata, 1985.
             

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Pérez, Trinidad. Disfasia, un trastorno en la adquisición del lenguaje.http://www.pulevasalud.es    /ps/contenido.jsp?ID=12154&TIPO_CONTENIDO=Articulo&ID_CATEGORIA=2212&ABRIR_SECCION=747&RUTA=1-747-1159-2212,n.d. Web. 18 oct. 2010.


Urdangarin, Ane. Trabados al hablar. http://www.diariovasco.com/prensa/20061013/aldia/trabados-  hablar_20061013.html. n.d. Web. 20 nov.2010.


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